¿Por qué la infancia es el mejor momento para empezar a ser resilientes?

¿Por qué la infancia es el mejor momento para empezar a ser resilientes?

En diciembre de 2020, Arianna Huffington, magnate de los medios de comunicación y fundadora y CEO de Thrive Global, eligió ‘resiliencia’ como la palabra del año


La resiliencia se define como la capacidad de recuperarse rápidamente de situaciones adversas, como una baja calificación, una pelea con un amigo, la pérdida de un ser querido o de un puesto de trabajo. Una persona resiliente se permite sentirse mal por lo ocurrido, experimentar la tristeza y la dificultad, pero tiene la habilidad y los mecanismos para recuperarse y salir adelante. No ponen excusas ni se queja, sino que transforman sus problemas en soluciones.


Ser personas resilientes puede ayudar mucho a nuestra salud mental y también a alcanzar el éxito en ámbitos como el educativo o el laboral. Sin embargo, adquirir esta habilidad forma parte de un proceso, que según los expertos debe iniciarse y estimularse durante la infancia.

¿Cómo podemos trabajar la resiliencia durante la infancia? 7 consejos para impulsar esta habilidad en los niños

1- Enséñale a aprender de sus errores

Aprender de los errores sin permitir que nos hundan será una de las mejores enseñanzas para el futuro que podamos transmitir a nuestros hijos. Henry Ford, fundador de Ford Motor Company, ya lo decía hace algunas décadas: “El único error real es aquel del que no aprendemos nada". 

A veces como padres tenemos el impulso de “rescatarles” antes de que fallen por miedo a que sufran o por “ayudarlos a no cometer errores” sin darnos cuentas de que cometer errores muchas veces es tan importante como hacer las cosas bien. Esto es algo que debemos ayudar a pulir a los niños desde pequeños, cada fracaso tiene algo que enseñarte, incluso cuando es una lección desagradable.

2- El fracaso no existe

Este es un pensamiento muy arraigado en la mentalidad emprendedora: la única forma de fracasar es no intentarlo. Está bien sentir esa tristeza o malos sentimientos cuando no conseguimos nuestros objetivos, pero solamente el tiempo justo para analizarlos y aplicar aprendizajes en el próximo intento. 

Para que nuestros hijos empiecen a trabajar sus habilidades de resiliencia deben sentir la idea del fracaso o derrota como algo familiar, algo que va a pasar en algún momento, pero con lo que puedan sentirse cómodos para volver a arrancar. 

El niño debe entender el fracaso como un punto de inflexión para volver a empezar con mayor motivación. Todos nos equivocamos, lo importante es tomar ese error como una oportunidad de volver a intentarlo.

3- Está bien sentirse mal, pero después levántate

Otro de los consejos es aceptar el malestar, dar tiempo a los niños para llorar, estar triste y reflexionar, no pasa nada, es algo normal siempre y cuando seamos capaces de rehacernos y continuar con la vista puesta en mejorar. 

Como padres, en este caso, de nada vale juzgar o soltar el famoso “te lo dije”, hay que mostrarse positivos, y ofrecerles escucha activa, incluso hacerles ver que también hemos pasado por eso y al conseguir superarlo alcanzamos la estabilidad y el bienestar. 

4- Ayúdale a trabajar su confianza

Un niño que cree en sí mismo, en sus capacidades y que es capaz de defender sus creencias ya tiene mucho ganado. Fomentar la confianza es fundamental para ayudarles a afrontar los retos en la escuela, en los juegos, en el trabajo y en la vida. Deben entender que dar lo mejor de sí mismos hace que las cosas sucedan, porque son suficientemente buenos y capaces de lograr lo que se propongan.

5- Dale la oportunidad de ser independiente

Para que los niños aprendan que son capaces de levantarse solos, también deben vivir el sentimiento de caer y fracasar a consecuencia de sus propios actos. Su confianza está íntimamente ligada a la independencia. No es bueno para ellos que sus padres estén siempre ahí para sacarles las castañas del fuego, debemos estar ahí para animarles a hacerlo por sí mismos.  Un ejemplo simple, pero que puede ser un gran paso es dejarles pedir en los restaurantes, explicar lo que les pasa en el médico o en la escuela.

6- El esfuerzo siempre es positivo

Rendirse o no intentarlo es la única manera de fracasar. Queremos que los niños comprendan que las cosas no siempre son sencillas y que el éxito no llega solo, sino que requiere mucho trabajo, esfuerzo, tiempo y práctica. Conseguir que los pequeños se mantengan fuertes cuando la situación se pone difícil es un gran reto, tanto para ellos como para nosotros.

La determinación puede aprenderse, pero se necesita dar lo mejor de uno mismo una y otra vez, hasta que el niño logre asociar su ahínco el orgullo y el logro. La confianza en uno mismo proviene de la tenacidad.

7-Déjate ayudar

Cathy N. Davidson, codirectora de la Fundación MacArthur, señala que el 65% de los niños de primaria de hoy pueden acabar haciendo un trabajo que aún no se ha inventado. Vamos a necesitar muchos solucionadores de problemas creativos y seguros de sí mismos para desarrollar soluciones que aborden los problemas y las oportunidades del mañana.

En WoWplay diseñamos intencionadamente actividades que desarrollan la resiliencia, actividades divertidas, enriquecedoras y prácticas que atraen a los niños y les ayudan a desarrollar su confianza creativa. Esta confianza les lleva a pensar en grande y a actuar como creadores, es decir, no asumen una "forma correcta" de hacer las cosas, sino que desarrollan su propio estilo, su unicidad.

En WoWplay celebramos el juego unido al aprendizaje con consecuencias divertidas y resultados educativos. Si queremos impulsar la resiliencia de los niños y su curiosidad deben entender lo antes posible que no hay una única respuesta correcta y que no existe el error ni el fracaso si aprenden alguna lección. En definitiva, que el mundo es complejo y nuestra forma de vivirlo y sentirlo también lo es. 




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