Propósitos en familia para este 2024

Propósitos de año nuevo.

En el umbral de un nuevo año, estamos ante la oportunidad de mirar hacia el futuro con esperanza y determinación. Seguro que unos minutos antes de tomar las uvas pasó por tu cabeza un breve balance de lo que fue el año pasado y de lo que quieres que sea el 2024. Pero este es un momento propicio para no solo establecer nuestras propias metas, sino también para guiar a los más peques de casa en la creación de propósitos significativos que impulsen su desarrollo personal. ¿Alguna vez lo habíais planteado? 

En WoWplay pensamos que los propósitos de año nuevo son, de alguna forma, una excusa para ponerse metas y al colaborar con los niños en la formulación de sus objetivos, no solo estamos construyendo un cimiento sólido para su crecimiento, sino que también estamos cultivando habilidades cruciales como la autodisciplina, autoconocimiento, la reflexión y la motivación.

Un espacio abierto

Crear propósitos de Año Nuevo con los niños va más allá de solo establecer metas; si lo enfocamos bien, puede ser la semilla del cambio positivo de manera divertida ¿Pero cómo?

Lo que buscamos es crear un momento para pensar sobre lo que hemos hecho, cómo hemos cambiado y mejorado, pero también para visualizar cómo nos gustaría ser. Si lo planteamos así, no importará que a final de 2024 no hayan cumplido con todo, porque seguro que habrán cambiado un poco, y eso ya es un logro.

Así, frustraciones aparte, déjales libertad para que muestren los propósitos que ellos verdaderamente quieren ponerse y no los que los adultos esperamos que elijan.

Plantéalo como una charla abierta, una sesión donde ellos puedan expresar sus propósitos sin prejuicios, podéis ponerlos todos sobre la mesa e incluso escribirlos en carteles o tarjetas para que sea más dinámico y visual. Una vez hayáis hecho este ejercicio, anímales a elegir algunos de ellos para quedarse con esas metas y centrarse en ellas, ya que es imposible abarcar todo.

Hábitos Divertidos

Podemos tratar de transformar mejoras personales en experiencias que no sean aburridas. No tiene mucho sentido centrarse solo en metas serias y desafíos desproporcionados. Al contrario, podemos infundir alegría y entusiasmo al explorar la idea de los "Hábitos Divertidos". Estos son pequeños cambios en la rutina diaria que no solo fomentan la mejora personal, sino que también hacen que el proceso sea divertido y motivador.

¿Qué tal incorporar momentos de risa en la rutina diaria? Puede ser tan simple como dedicar tiempo a contar chistes alrededor de la mesa durante la cena o instituir un día a la semana para realizar manualidades creativas juntos. La clave está en hacer que estos hábitos sean accesibles, agradables y, sobre todo, sostenibles. Por ejemplo, basta con leer un libro juntos antes de dormir o dedicar tiempo a actividades creativas los fines de semana, como los kits de WoWplay, que puedes recibir en la puerta de casa con todo lo que necesitas.

Registro visual

Resulta complejo marcarse todas estas metas a principio de año y esperar que por arte de magia se vayan a cumplir en los próximos 12 meses. Algo que os puede ayudar mucho en la creación de propósitos con niños es la introducción de un registro visual que capture este viaje hacia las metas. El registro puede adoptar diversas formas, desde gráficos coloridos hasta dibujos creativos. Lo importante es adaptarlo a su edad para que les sea atractivo y que puedan ver que el progreso sea tangible y visible. 

Al crear un registro visual, los niños no solo documentan sus metas y logros, sino que también tienen la oportunidad de expresarse artísticamente. Además, esto les servirá como recordatorio tangible de la capacidad de superar desafíos y alcanzar metas siendo constantes.

Ejemplos prácticos de propósitos para niños

No piensas lo mismo a los 4 años que a los 10, por eso las metas tampoco van a ser iguales. Debemos valorar que más que el objetivo en sí, el hecho de proponerse y comprometerse a algo ya es muy valioso.

Quizás tus hijos no entienden muy bien qué es un propósito o cómo aplicárselo, por ello puedes ayudarles con algunos ejemplos. Todo depende de la etapa de crecimiento, por supuesto.

En las edades más tempranas, un objetivo puede ser decir “por favor” y “gracias”, hacer un dibujo en papel cada día, compartir los juguetes en el parque, aprender a contar hasta determinado número o saber saltar a la comba ¡Todo vale!

En una edad escolar podría ser cultivar el hábito de la lectura, leyendo, por ejemplo, 15 minutos al día; hacer todos los días la cama, usar por sí mismo la agenda, vestirse sin ayuda o hacer algo solidario.

Para la preadolescencia se pueden fijar un tiempo diario de estudio, leer un número de libros al año o probar un nuevo género literario, aprender a hacer alguna receta, ayudar a hacer la compra, limitar el tiempo de pantallas o aprender a gestionar ciertas cantidades de dinero.

¿Y tú? - Propósitos de Año nuevo para ti como adulto

Los niños –no importa la edad– siguen el ejemplo de los adultos. Así que lo mejor que puedes hacer es un ejercicio de sinceridad para expresarles tú también algunos de tus propósitos y que así les pueda servir de inspiración y motivación.

Es una forma ideal de involucrarlos en tus objetivos, que te sientan más cercano y que vean también tu evolución.

Esto no es una lista a completar en la que te frustrarás si no cumples con todo. Lo que tratamos de comunicarles es que buscamos ser mejores, tener mejores hábitos, buscar el crecimiento. Cuando termine el año podrán mirar atrás y ver todo lo que se han esforzado y los buenos hábitos que han adquirido. Si algún objetivo no se cumple, no pasa nada, podemos volver a intentarlo. 

Por último, también sería interesante ir celebrando las metas que logramos, además de disfrutar el camino hasta llegar a ellas. Hacer una pausa y sentarse a saborearlas, darles la importancia que tienen y no pasar a otra cuestión como si nada ¿Os animáis a marcaros propósitos para este 2024?


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