5 beneficios de que la tecnología esté presente en la educación de tus hijos
Los numerosos avances surgidos en el mundo de la tecnología durante las últimas décadas nos han llevado a adaptar nuestra vida al uso de las TIC y a introducirlas en prácticamente todos los ámbitos. Uno de estos es el ámbito educativo, implicando así a los más pequeños en el uso de pantallas y tecnología.
A pesar de que diversos estudios sobre el tiempo de exposición a las pantallas y organizaciones expertas, como la OMS y la AAP, adviertan de que no es recomendable su uso para niños de 18 a 24 meses, o que debe ser moderado de los 2 a los 5 años; en 2021 se estimó que el tiempo medio frente a pantallas recreativas en niños de menos de 2 años a 10, fue de entre 71 y 160 minutos al día.
Si bien es cierto que es importante fomentar un uso responsable de las pantallas, y sobre todo a temprana edad, utilizar las TIC en entornos como el educativo o la escuela pueden aportarles grandes beneficios. Por eso, te damos 5 motivos por los que la tecnología tiene que estar presente en la educación de tus hijos:
Refuerza el aprendizaje
Implementar el uso de las nuevas tecnologías a través de, por ejemplo, aplicaciones con las que los niños puedan interactuar con el mundo digital de forma sana, limitada y educativa, provocan en ellos un aumento del interés por adquirir nuevos conocimientos.
A menudo se usa la metodología del aprendizaje como juego para captar la atención de los más pequeños y que fomente su participación, por lo que el uso de la tecnología puede ser un apoyo clave en este caso. Tanto es así que profesionales del ámbito educativo como Rosana Busso, profesora en el Collège du Léman International School (Suiza), recalcan la importancia de incidir en explorar las herramientas que funcionen y motiven a los niños para aprender diferentes temas a través del juego.
Mejora el rendimiento académico en el aula
Además de en los hogares, la educación cobra su mayor importancia dentro de las aulas, pues los niños pasan aquí la mayor parte del tiempo durante su infancia. Y, aunque España sea uno de los países más rezagados en la inclusión de las TIC en las aulas según el Informe PISA, se ha demostrado que implementar la enseñanza a través de la tecnología da muy buenos resultados en el alumnado:
- Aumenta su participación en clase y les ayuda a retener mejor las ideas: ya que está demostrado que el dinamismo de la tecnología capta la atención de forma más eficiente y, por ende, contribuye a que se memoricen mejor esos conocimientos.
- Ofrece diversidad en el aprendizaje: más concretamente, a través de la tecnología se puede adaptar la enseñanza a categorías específicas del aprendizaje (auditiva, visual y táctil) que mejoren la comprensión de los distintos conceptos enseñados en clase.
- Promueve la colaboración en las aulas: el uso de la tecnología como herramienta educativa con acceso a Internet y a través de suscripciones de contenido formativo, aumenta significativamente el nivel de participación en clase.
- Fomenta el feedback entre profesores y alumnos: ya que estudios muestran los buenos resultados de la comunicación y monitorización de los avances del alumnado a través de las competencias EdTech.
Fomenta el crecimiento personal y una mayor creatividad
Introducir la tecnología dentro del proceso de enseñanza de los niños, además de mejorar su proceso de aprendizaje, ayuda en el desarrollo de su alfabetización digital y habilidades básicas para un crecimiento personal óptimo, como aprender idiomas o hacer un proyecto solos con ayuda de tutoriales.
A su vez, pueden suponer un impacto positivo en el fomento de su creatividad para llevar a cabo distintas tareas con el apoyo de las TIC. Combinar creatividad con aprendizaje es clave, y métodos como el ABP ayudan a que los niños sean más resolutivos al tiempo que se expresan a través de su creatividad.
Las TIC contribuyen al desarrollo de su autonomía
Los niños ven el aprendizaje como un desafío, por lo que apoyarse en la tecnología para conseguir objetivos a nivel educativo puede dotarles de una gran autonomía. Es evidente que necesitan el apoyo de un adulto para desarrollar las diferentes tareas asignadas, pero si las plataformas tecnológicas le dotan de una mayor independencia y fortalecen su autodisciplina en el aprendizaje, pueden aprender a ser resilientes desde muy pequeños.
Suponen un impulso profesional para su futuro
Está claro que la educación influye directamente en el futuro de los niños, por lo que la familia y la escuela adquieren un papel clave en este sentido. Cuando hablamos de futuro, la educación no solo determina el aspecto personal, sino que también el profesional y laboral, que cada vez se encuentran más inmersos en el uso de las nuevas tecnologías.
En los últimos años, el método STEAM ha cobrado especial importancia, haciendo necesario que los niños de hoy tengan conocimientos básicos en materias como la ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas. La mejor forma de garantizar que los niños estén preparados para tener un futuro prometedor, es trabajar desde la infancia en dotar a los pequeños de competencias en todos los ámbitos y esto solo puede hacerse aprovechando las ventajas que nos ofrece la tecnología.
¿Cómo lo hace Wowplay?
En WoWplay somos conscientes de que la tecnología es una parte inherente de la sociedad actual, por eso los niños deben adaptarse a ella de la forma más sana y educativa posible. Por eso creemos que es preciso entenderla desde un ángulo amplio, yendo más allá de las pantallas y de internet, con el enfoque de facilitadora, todo aquello que nos hace la vida más sencilla.
Por esto, queremos que los niños aprendan a través de la manipulación los conceptos más básicos de los que deriva el funcionamiento de las máquinas simples y que luego les llevarán a procesos más complejos como la programación o la robótica. Todo es tecnología.
En este sentido, los Kits WoWplay incorporan un componente digital en forma de tutoriales ilustrativos que funcionan como herramienta complementaría y no como un propio estímulo. Los niños pueden tocar, moldear y aprender, entendiendo la pantalla como un apoyo, en lugar de una fuente de aprendizaje. De esta forma, se produce la interacción tecnológica con un objetivo educativo que fomenta la autonomía del niño.
Educar en tecnología de una forma moderada y controlada favorece el desarrollo de una relación saludable entre el niño y el mundo digital, permitiendo una adaptación progresiva que podría evitar futuros problemas de adicción o dependencia.
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